Alertan de fuerte caída del compromiso organizacional ante teletrabajo forzado por Covid-19

Por: Rocío Vargas Suárez, Diario Financiero

Sin mucho tiempo para reaccionar, el Covid-19 obligó a que, prácticamente, todos los trabajos giraran hacia lo digital. Con un llamado a permanecer en casa tras la expansión del brote y con el decreto de cuarentenas poco tiempo después, una gran porción de profesionales se obligados al teletrabajo. Sin embargo, esto ha traído notorias consecuencias a nivel emocional.

Según una encuesta de Circular HR -la consultora de capital humano de Fundación Chile-, realizada en abril y con una escala de compromiso o engagement -estado de alto entusiasmo y activación en el trabajo- entre cero y seis, los trabajadores promediaron 3,82 puntos, frente al promedio de 4,27 del año pasado.

“Fue alarmante. Nosotros creíamos que iba a haber una importante caída del engagement, pero no sé si a este nivel. Estamos hablando de un puntaje que ya baja de 4 y que son puntajes que uno ve en las organizaciones cuando ya están llegando a niveles extremadamente bajos”, dice el director de Proyectos Engagement de Circular HR, Roberto Larraechea.

A esta caída, se suma el bajo número de trabajadores con estados extremos de engagement, el cual alcanzó sólo el 6%, mientras que en el sondeo de 2019 alcanzó un 17%. Es decir, una caída de 11,4%. “Esto claramente es un factor para empezar a considerar. Es una alerta para ver qué está pasando con los equipos de trabajo y la sostenibilidad de su desempeño”, agrega.

Estos resultados también estuvieron marcados por un alto nivel de agotamiento laboral, definido como “el estado contrapuesto al engagement, caracterizado por sensación de pérdida de energía emocional y fatiga crónica”, siendo uno de los elementos centrales del síndrome de Burnout, o del “trabajador quemado”.

“Las categorías combinadas de las personas con total agotamiento y sintomatología de Burnout, y la gente que está en riesgo de agotamiento, están llegando a cerca de un 50% de la muestra completa. Esto para nosotros es tremendamente preocupante”, detalla Larraechea.

Esto se debe, explica, por la sobrecarga debido al “estiramiento” de la jornada laboral, las tareas del hogar -factor más dominante en las mujeres-, la convivencia 24/7 con quienes se comparte en la casa, además de la constante información sobre el virus.

¿Cómo deberían enfrentar esto las organizaciones?

El psicólogo y profesor de Psicología del Trabajo y de la Organización de la Universidad Erasmus de Rotterdam, Holanda, Arnold Bakker, -uno de los expositores del webinar “Engagement y Agotamiento: ¿Cómo adaptar nuestras organizaciones al contexto de crisis?”, organizado por Fundación Chile, donde fueron presentadas las cifras- asegura que los líderes de las organizaciones deben ser capaces de “ofrecer recursos de trabajo tangibles: entregando información, explicando de buena forma las tareas, explicando cómo se va a lidiar con ciertas situaciones, feedback sobre desempeño, entre otros. En definitiva, entregar claridad”.

Bakker afirma que, tras diversos estudios, “esto permite enfrentar la demanda y mantener el engagement. El liderazgo antes y después del Covid-19, siempre debe entregar los recursos correctos a su gente”.

Eso sí, asegura que en estos tiempos también se ha dado el fenómeno de la ruminación, que consiste en un patrón de pensamiento negativo persistente. “Con esto, el nivel de cansancio y agotamiento sube, por lo que se empieza a experimentar mucho más estrés”, indica, para lo que se pueden aplicar herramientas como el autoliderazgo y el trabajo lúdico.

El gerente de Desarrollo Humano de Fundación Chile, Hernán Araneda, asegura que “hay que hacerse cargo de esto, antes de que se llegue a consecuencias aún peores”. Además, detalla que sólo el 24% de los encuestados reporta un espacio adecuado para hacer teletrabajo en sus hogares, dando cuenta de que “es difícil haber pensado en un experimento más radical (que el coronavirus) para mirar esta variable, y nos muestra estos temas que hay que abordar. Posiblemente el teletrabajo es una tendencia que llegó para quedarse y tenemos que empezar a mirarlo bastante en serio”.

En esa línea, indica que “aquellas empresas que han sido más efectivas, son las que justamente han antepuesto la contención y el apoyo a cualquier otra exigencia en el trabajo”, asegurando que cuando el Covid-19 pase, las transformación digital va a ser un tema de largo aliento,

“Si nos hemos visto forzados en este momento a operar en ambientes digitales, creo que eso va a ser mucho más escaso a futuro. Lo positivo de eso es que nos puede dar una enorme flexibilidad y representa también una oportunidad de innovación en muchos planos”, afirma Araneda.