¿Cómo es el modelo español de portablidad financiera que ya lleva más de un año operando?

Por: Manuel Barrientos, Diario Financiero

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, anunció el ingreso del proyecto de Ley de Portabilidad Financiera a la Cámara de Diputados, el cual busca facilitar a las clientes el traslado de productos financieros y créditos entre distintas entidades.

Para lograr ello, se reducirá el plazo de intercambio a 18 días y se eliminarán trámites, pudiendo completarse el proceso -además de presencialmente- totalmente online o por teléfono. Cabe destacar también que se reducirá el tiempo de cierre de cuentas de diez a cinco días hábiles.

“Esta iniciativa reducirá los tiempos y costos de cambiarse de un proveedor financiero a otro, generando más competencia en la industria financiera y permitiendo que las personas se puedan beneficiar más fácilmente de las disminuciones en las tasas de interés, que hoy son históricamente bajas”, destacó Larraín ayer en una conferencia de prensa en la que anunció ingreso al Congreso de la iniciativa.

El hecho es destacado por algunos importantes personeros de la industria, como el gerente general de Itaú, Manuel Olivares, quien, en una publicación de El Mercurio de Valparaíso el lunes pasado, indicó que “la portabilidad bien hecha, bien pensada, que resguarde a los clientes, está bien (…) Si después otro banco te ofrece un producto más conveniente, yo lo que quiero es que los costos de transacción de cambiarte sean los menos posibles, y eso nos va a obligar a todos los bancos a ser más competitivos aún”.

El caso español

La portabilidad financiera, si bien es una novedad en Chile, ya ha sido implementada en algunos países europeos. Notables ejemplos son los de España, Italia y Reino Unido, que ya llevan más de un año con esta medida ya implementada.

España cuenta actualmente con la posibilidad de portarse de banco de forma más fácil desde julio del año pasado. El objetivo de la medida ha sido que cambiarse de banco sea tan sencillo como cambiar de compañía telefónica, a pesar de que no se conserve el mismo número de cuenta.

De acuerdo a la orden del Ministerio de Economía y Empresa del país ibérico, los bancos tienen un plazo máximo de 13 días hábiles para ejecutar el traslado de la cuenta, trámite que no tiene costo alguno para los clientes. Eso sí, sólo permite cambios en instituciones financieras españolas, sin posibilidad de portarse de forma sencilla a otro banco de la Unión Europea.

Cabe destacar que en España el proceso de portabilidad se inicia con una solicitud formal realizada por el cliente a la entidad a la cual desea cambiarse, siendo el proceso realizado de forma exclusiva entre ella y la antigua. Por lo tanto, no requerirá más trámite alguno por parte del solicitante.

El trámite puede realizarse en forma presencial u online y debe haber información clara y accesible en todas las sucursales bancarias y el sitio web de cada institución financiera. En caso de concurrir físicamente, existen formularios para solicitar el traslado en cada una de las sedes.

El traslado permite llevar no sólo todo el dinero, sino además los productos que el cliente desee y que se tenían en la entidad anterior, salvo por la tarjeta de crédito, que deberá ser emitida por el banco nuevo.

Diferencias con el proyecto chileno

Una importante diferencia entre la portabilidad financiera chilena y española está en los tiempos de traslado. En nuestro país el proceso tendrá una duración total de 18 días hábiles, mientras que en la nación ibérica demora máximo 13 días hábiles.

El traslado de entidad, en el caso español, puede ser solicitado de forma presencial u online.

En nuestro país, además de las modalidades anteriores, también se podrá hacer por vía telefónica.

En España, el cambio de institución financiera requiera que no se tengan cuentas pendientes con aquella que se deja. En el caso de Chile, se permitirá el traslado de cualquier producto o crédito, dado que la nueva entidad tendrá tres días para cancelar las deudas de su nuevo cliente, por lo que ahora el acreedor pasará a ser el banco al cual se transfiere.

Otra leve diferencia en plazos es que la banca española tiene sólo dos días hábiles desde la solicitud de cambio del cliente para pedir y recibir información de la entidad anterior de quien se traslada. En cambio, las instituciones financieras chilenas dispondrán de tres días hábiles para completar esta etapa.

En el país ibérico rige una norma que obliga a los bancos a cerrar una cuenta en un plazo de 24 horas si es solicitado por un cliente, siempre y cuando no dependa de otros productos contratados que necesitan tener como vínculo dicha cuenta activa. En Chile el proceso disminuirá de diez a cinco días hábiles este proceso, pero sigue sin ser tan expedito como el caso español.