La estrategia de la Universidad Mayor para convertirse en una universidad digital

Por: Alejandra Rivera, Diario Financiero

Este año los estudiantes de la Universidad Mayor verán algunos cambios en el campus. No tendrán que anotarse en una lista para probar su asistencia, porque un sistema de reconocimiento facial advertirá su presencia en clases, podrán consultar sus notas a un chatbot e incluso decidir si cursar un 30% de las clases online.

Estas son algunas de las iniciativas del plan de transformación digital que está impulsando esta universidad, el que partió en 2016 y concluye en 2021, con un presupuesto de US$ 4 millones para convertirse en una universidad digital. Un plan que responde a la “necesidad de ser agentes activos de la revolución 4.0 haciendo uso de las tecnologías para dar una mejor experiencia a la comunidad universitaria”, explica Mario Herane, vicerrector de Desarrollo y Gestión de la Universidad Mayor.

El proyecto, entre otras cosas, consideró la construcción de carreteras y hardware para facilitar el acceso a dispositivos y conectividad; se incorporaron nuevas plataformas y tecnologías; se actualizaron sistemas, como SAP Hana, y se llevaron los sistemas a cloud, lo que tiene un avance de más de 90%.

De cara a los estudiantes, se buscó simplificar y automatizar procesos con la habilitación de plataformas, de manera que no tengan que acudir a un espacio físico para realizar transacciones o consultar temas académicos, como su avance curricular.

Ayudante tecnológico

Herane cuenta que liberaron el primer sistema de inteligencia artificial de acompañamiento de estudiantes. En una primera fase se aplicó al proceso de postulación y admisión, “pero la idea es que vaya creciendo en sus capacidades, y sea un asistente académico, al cual le puedan preguntar sobre temas reglamentarios, procesos académicos y progreso en la institución con acceso 24/7”, dice.

Para el proyecto seleccionaron a estudiantes de ingeniería informática quienes capacitaron al chatbot en lenguaje y conversación coloquial para que entendiera las preguntas y respondiera de forma adecuada a las consultas de diversos tipos de público. El chatbot permitió atender seis mil solicitudes de información en los tres días que duró el proceso de postulación.

Herane adelanta que durante 2019 le agregarán información, incorporando casuística en las asignaturas para convertirlo en un ayudante tecnológico. “Ya estamos incorporando algunas asignaturas transversales de las carreras, para que pueda responder consultas académicas. Estará operativo el segundo semestre de 2019”.

Campus inteligente

En materia de seguridad en los campus están incorporando sistemas de monitoreo que permitan tener reconocimiento facial de quienes acceden a estos espacios de manera de tener un mejor control del acceso.

En esta misma dirección, a fines del año pasado comenzaron a pilotear un sistema de reconocimiento facial para llevar un registro de los estudiantes que asisten a clases sin tener que firmar una lista. Consta de cámaras inteligentes que envían la información a la nube donde es procesada, y sensores dispuestos en las aulas.

Herane adelanta que tras migrar a SAP Hana –base de procesamiento de datos avanzada en tiempo real- lo que viene es “sacarle provecho a su capacidad de procesamiento de datos y hacer análisis predictivo”, afirma.

Entre los proyectos que implementarán con SAP este año, está desplegar la solución de reconocimiento facial a nivel institucional y agregar componentes de análisis cognitivo para determinar cuánta atención prestó un alumno en clase. “Si en un aula tengo estudiantes que sólo están mirando el móvil, posiblemente tenga un problema académico y puedo hacer una corrección ayudándole al profesor a realizar una clase más interactiva”, indica Herane.

El sistema también permitirá saber, por ejemplo, si el estudiante abandona la sala antes del término de la clase, medir su nivel de engagement con el profesor y “llevar la información a la nube para contrarrestarla con el progreso de las notas para determinar si la causa es académica o no”. Herane precisa que el sistema no puede ser invasivo, por lo tanto, la idea es ir monitoreando y trabajar con el académico y los alumnos.

Otro de los proyectos que habilitará el análisis predictivo, es proyectar la deserción estudiantil. Podrán cruzar información de la gestión académica y comportamiento en el aula -asistencia, reclamos, quejas o consultas de los alumnos- “y en tiempo real administrarla para que las direcciones y áreas académicas puedan hacer una gestión directa con los estudiantes”, adelanta Herane.

El plan también considera que los alumnos de pregrado, a través de la plataforma Blackboard, puedan realizar hasta un 30% de una asignatura online; una biblioteca con el 70% de los libros en formato digital y habilitar préstamos de notebook para que ningún estudiante se quede desconectado.