Síndrome de Burnout: Cómo detectarlo y qué medidas tomar

Con el pasar de los años, el mundo laboral se está volviendo cada vez más exigiente y competitivo. Esto ha provocado que se desarrolle un trastorno emocional, conocido como “Burnout” (quemado o fundido). 

Las principales características son el agotamiento físico y mental, la falta de motivación por las tareas y los cambios de comportamiento, que pueden traducirse en malos modales hacia los demás.

Este síndrome suele darse mayormente en personas que han elegido sus profesiones libremente (es decir por vocación) o en aquellos puestos de trabajo que tienen relación con terceros, como quienes atienden público o usuarios, por ejemplo el personal sanitario.

El problema comienza cuando se generan jornadas laborales muy extensas o cuando la realidad que presenta la profesión medida es muy diferente con las expectativas que se tenían de la misma.

Síntomas a nivel emocional

  • Cambios en el estado de ánimo: el trabajador se irrita con facilidad, desapareciendo los buenos modales, lo que puede derivar en conflictos innecesarios en el entorno laboral. También puede aparecer la indiferencia en vez del mal humor.
  • Desmotivación: El trabajador pierde la motivación por la tarea que debe desempeñar, que puede ser consecuencia de las situaciones diarias que superan sus capacidades o de jornadas laborales muy extensas, entre otras cosas.
  • Agotamiento mental: el desgaste mental que se produce en quienes padecen de Burnout provoca que el trabajador sea cada vez menos resistente al estrés.
  • Falta de energía y menor rendimiento: Se trata de una de las consecuencias provocadas por el agotamiento mental en las que, como consecuencia, el trabajador disminuye su rendimiento.

Síntomas a nivel físico

  • Dolores musculares y articulares: como resultado de la tensión laboral aparecen diversas contracturas musculares, sobre todo en la zona lumbar.
  • Alteraciones psicosomáticas como: problemas gastrointestinales, cardiovasculares, dolores de cabeza o cefaleas, mareos, tics nerviosos, palpitaciones, taquicardias, aumento de la presión arterial, dolores musculares, trastornos del sueño e inapetencia sexual.

MEDIDAS

Lo principal es detectarlo en sus primeras fases, ya que como todos los padecimientos, cuanto antes se trabaje el problema más chances hay de mantenerlo bajo control.

Técnicas como la relajación, la meditación o la escucha de música relajante durante la jornada laboral puede ser un primer paso para reducir la ansiedad; ya que este tipo de prácticas ayuda al cerebro a afrontar las situaciones con más positivismo.

El Burnout tiende a generar tensiones musculares, las que pueden derivar en serias contracturas, hernias de disco y otro tipo de lesiones graves, por lo que es importante realizar determinados ejercicios anti estrés como parte de la rutina del día a día, incluyendo cada tanto y si es posible una sesión de masajes brindada por un profesional.

Practicar deportes de forma regular también ayuda a reducir de forma considerable el estrés, ayudando a desconectar de los problemas mientras se practica y brindando un aumento de la autoestima; además de mejorar la salud cardiovascular así como la de músculos y huesos.

Además de lo mencionado es importante que recordemos los beneficios que puede aportar una terapia psicológica profesional, ya que mediante ésta el trabajador desarrollará mecanismos para lidiar con las situaciones laborales que le provocan estrés, ansiedad y angustia.

También un estilo de vida saludable donde se eviten el tabaco, alcohol y demás sustancias nocivas y se repare en la importancia de un buen descanso es fundamental para combatir el estrés.